Y hay gente que te importa.
Y hay gente que importa.
Lo importante es saberlos diferenciar. La gente que no te importa pueden ser los amigos de la infancia con los que ya no tienes nada en común, o los compañeros del jale con los que no existe una conexión fundamental real. No quiere decir que les digas que te valen madre, pero no puedes vivir al pendiente de sus vidas o tratando de ganar su complacencia. Es muy cansado y obsoleto, porque lo más probable es que tampoco les importes.
La gente que te importa es gente que no está en tu vida de forma constante: ese amigo por el que te preocupas pero que ha ido alejándose: la tía viejita que te invita a vacacionar al extranjero o tus primos favoritos que viven en otra ciudad. Estás al pendiente, sabes en términos generales que siguen respirando y que no se han convertido en zombies, pero tampoco vas con ellos al café cada ocho días.
Y finalmente la gente que importa: la gente sin la que no sabrías quien demonios eres, que son tus amigos no únicamente los mejores, sino los de referencia. Los que te conocen aún cuando tú mismo te sientes tan perdido que ya ni sabes si en realidad te sigue gustando Radiohead. Y eso no significa tampoco que vayas con ellos al café cada ocho días, porque las verdaderas amistades resisten la distancia, el alejamiento. Una amistad que importa entiende cuando no puedes hablar o tu circunstancia te impide salir todos los días, entiende también cuando por "tu circunstancia" en realidad quieres decir "necesito estar en la casa viendo series y comiendo sabritones". Te entiende en tu momento más nefasto y en el más alegre y siempre está ahí de la forma en que está la gente que importa: al alcance del teléfono, del mail, o de un viaje de ocho horas en camión.
Supongo que gracias a esa gente sigo recordando a veces quien soy cuando ni yo misma me soporto. Gracias.
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