11.5.11

11 de mayo

Si el 25 de diciembre y el 10 de mayo son fechas MUY señaladas, el 11 de mayo y el 26 de diciembre sufren la suerte contraria.

Uno debería celebrar el 11 de mayo como una vuelta feliz a la realidad. Puntualizo algo: yo no odio las fechas comerciales, al contrario, tengo muchas razones para amarlas profundamente, no sólo permiten la reactivación de la economía y representan grandes avances en materia de gasto en obsequios insultantes, flores inútiles y tarjetitas de mal gusto, sino que además son un pretexto perfecto para decirle a alguien que quieres, que lo quieres, regalarle algo que crees que le hace falta, recibir regalos horrorosos, asistir a comidas por compromiso y quejarte de lo mucho que odias las fechas comerciales. ¿Aún no los convenzo? Nadie se levanta el 11 de mayo de mal humor. Ni el 26 de diciembre.

Porque un día antes cumplimos con nuestro deber consumista y le regalamos la plancha de vapor de última generación a nuestra progenitora y amanecemos con la falsa complacencia que nos da haber comprado a meses sin intereses o bien: ya no es 10 de mayo y nuestro jipiteca interno no se siente abrumado por las corporaciones. En cualquier caso es una situación ganar-ganar.

Y por eso, a pesar de ser fechas poco señaladas todos las amamos en silencio. Como las mañanas después de una noche de lluvia o el sopor que te da haber comido en demasía. Esa sensación de alivio y paz, de la que muchos teólogos hablan, y que pocos comerciantes han explotado.


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