No hay canción dolorida de diciembre, al menos hasta hoy. La explicación es simple: no he tenido tiempo de buscarla y después de lo tristes que estuvieron Sprawl y The Shame, el reto es mayúsculo, pensé en recurrir a San Thom Yorke (alabado sea su nombre) o a Placebo... pero genuinamente he andado como judía errante y hoy que tengo tiempo estoy escuchando el Soundtrack de Scott Pilgrim vs. The World.
En el tumblr re-bloggué (que verbo tan horrible, pero sinceramente la RAE no tiene derecho a reclamar nada) una imagen que ejemplifica mi funcionamiento cerebral.
Las reacciones en el público relevante no fueron positivas.
En mi defensa: sí, seguramente hay formas más simples de llegar de A a B, pero... ¿qué maldito encanto puede tener una línea recta?
Ya casi no he entrado al twitter, las actualizaciones son casi de todo lo que pongo en tumblr, pero de repente ya no tengo mucho tiempo para estarlo revisando, saber de que hablan y si llego a tener tiempo la actualización relevante es "estoy viendo tele" o "tengo sueño".
En la mañana iba a twittear sobre lo que soñé, pero el sueño era complicadísimo (como en la imagen), y luego se me hizo tarde y total.
Soñé que tenía que comprar un obsequio para una compañera de trabajo, como ya era tarde, entré a la única tienda de regalos abierta: era la tienda de la esposa de mi papá (lean entre línas y entiendan que mi mamá y mi papá no están casados entre ellos), la señora me atendía a la mar de amable (uno de los miedos de mi infancia era que la señora me fuera a agredir en la calle, porque ... digamos que sí lo hizo alguna vez), lo cual me aterraba profundamente, y yo veía que todo lo que había en la tienda era horrible o estaba roto, o sucio y como ella era amable yo tenía la impresión de que forzosamente tenía que comprar algo así, además de que ya era tarde y yo no tenía regalo aún.
Me desperté consternada.
Y me fui a nadar. Mi maestra no fue: mi maestro anterior me dio la clase.
- Mil metros de afloje.
- ¿Mil metros?
- Mil.
- ¿Mil metros?
- Mil: quinientos de crawl y quinientos estilo libre.
Y la doñita pegona estaba en el carril, y un bato que nada rapidísimo. Mil de alfoje, 600 de técnica y 900 combinados. Más 100 metros para descansar.
Sic.
Así que estuve contenta gran parte del día. Lo mío, lo mío: es el sobre-ejercicio.
Y ya. Uno no ocupa twitter cuando tiene un blog propio para hablar de vanalidades sin sentido, y extenderse largamente sobre ellas. Fíjensen.
Bueno, twittearé más y trataré de controlar mis endorfinas, porque me ponen contenta y de buenas, y es horrible para mi autoestima, por eso, llegaré a leer Cumbres Borrascosas y a escuchar música depresiva. Quizá el fin de semana tengamos canción dolorida de diciembre. Quizá.
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