29.4.10

Políticas de Devolución

Es importante conservar la cordura y no haber llevado a excesos desconocidos la paciencia. Favor de doblarle las esquinas, para evitar marcas en la egolatría. No se aceptará, bajo ninguna circunstancia, la devolución una vez que se ha lavado el producto en el azufre de lo cotidiano y mucho menos si se le ha envuelto en telarañas, tafetanes, papel negro, pétalos de rosa o mentiras matutinas. Favor de revisar los niveles de irrealidad, que aquí no estamos para más surrealismos.

Adicionar con flores secas, humo de cigarro y licor derramado, depositarlo sobre la mesa como quien deja la toalla húmeda en el suelo del baño: de forma aberrante, descuidada y tan simple. Por que las cosas simples son las más difíciles de justificar. Elevarlo a la tercera potencia y sacarle la raíz cuadrada. Redondearle los bordes y suavizarle los moretones sumergiéndole varias horas en lejía y vinagre, para mantenerlo sobrio, porque la realidad también embriaga los sentidos. Vertirle sobre la miel miles de moscas, que se queden atrapadas entre recuerdos y maldiciones, que salgan gritando y jadeando, como los deseos entercortados, que se escurren entre las grietas de las maldiciones conocidas.

Déjelo en la puerta y váyase sin mirar atrás, o jamás podrá irse del todo.

Publicado originalmente el 15 de julio de 2007 en "Posibilidades de la Abstracción".

1 comentario:

Campanula dijo...

Ojala fuera tan fácil, jajaja
un abrazo enorme, esta entrada me gusto muchisimo, aunque me causo una terrible nostalgia