10.2.10

El fin del mundo no es como lo esperas

El lunes decidí peinarme bajo los convencionalismos sociales vigentes. Generalmente salgo de la alberca, me pongo desenredante, kilos de "espuma modeladora" y agito la cabeza con un movimiento sexy (ok, no) y voilá! rizos instantáneos. Pero el lunes decidí peinarme bajo los convencionalismos sociales vigentes, me hice partido de raya, trenzado innecesariamente complicado, coleta. Lo que se espera de una secretaria muy eficiente. Y descubrí una cana.

Mi primer cana fue descubierta el lunes 8 de febrero de 2010 cerca de las 8:20 de la mañana. Febrero SIEMPRE ha sido un mes indeseable. No es de extrañar pues que la cana haya decidido presentarse en tan nefasta fecha. Ustedes podrían espetar que la cana salió antes, pero no: se trata de una cana *sic* joven. Es apenas un pelillo. La superstición me impidió cortarla pues las viejas me atormentaban de niña con las historias de las canas-hidras: si te quitas una, te salen dos.

Hoy me duele el estómago. El estúpido febrero no sólo ha arrancado otra vez (mi primera regla me vino en febrero) mi juventud, sino que ahora atormenta mi cuerpo maltrecho. Mi mamá actúa con indiferencia: a todo mundo le duele el estómago, me dice. Pero yo no soy todo mundo. Yo puedo comer de todo (incluido pescado, pero ese claro, no lo como porque es horrible) y de lo demás y jamás me duele el estómago. Hoy tengo un retorcijón, me paro y me duele; me siento y me duele. La vida es un campo yermo sin esperanzas, donde muere la paz del alma. El abatimiento se cierne sobre mí como la sombra proyectada por las montañas cuando se oculta el sol. Sólo puedo escuchar, como una gota que cae perpetuamente, el silencio de la desolación.

También fue en febrero cuando descubrí que la pimienta (en exceso) me hace vomitar. Mis cuatro abuelos murieron en febrero, en febrero se murió mi primer perro. Estúpido mes. El f in del mundo, será en febrero. Se los juro.

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