- La incompetencia de la gente para decir las cosas de frente y las actitudes anacrónicas de quienes creen que con sus bromas de tres pesos saldrán avantes de cualquier situación.
- La cháchara insulsa de los adolescentes: yo lo fui una vez, y era tan insportable que jamás quiero volver a estar junto a un adolescente jamás. Me planteo estrategias fantasiosas para que, llegada la pubertad de mis hijos no nacidos, no los tenga que volver a ver hasta que sean adultos responsables.
- Que en la máquinita de chucherías de la oficina no haya productos Sabritas. Lo siento, Barcel, pero tus botanas son... deficientes en el mejor de los casos.
- La gente que llega tarde. Los detesto. No encuentro motivos para que lleguen tarde siempre a todos lados. En los mejores casos los tacho de desubicados, pero la mayor parte de las veces, pienso que son holgazanes.
- La gente que no hace lo que le toca. No ganas nada luciendo linda y contoneándote por ahí con tus devaneos de adolescente: haz tu trabajo.
- Que no haya luz.
14.12.09
Cuando todo va mal, siempre puede ir un poco peor
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3 comentarios:
y para amolarla...tu Blog pide contraseña de Twitter cada que entras....
y para acabarla de amolar, tengo que seleccionar el texto en tu blog para poder leerlo porque no se ve así nomás...
Ya sé, debería quitar el widget y cambiar el template.
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