Tras una horrible gripe, que me dejó en un estado mental gargajiento (dícese de cuando por más que uno se esfuerza, no puede sino sonreír estúpidamente y decir "sí, por su-pu-es-to" deleitándose en la magnanimidad de tener una vocal por consonante, mientras piensa que definitivamente hay raíces etimológicas aún sin descubrir que enlazan ambar y ambiguo). estoy casi lista para las no-vacaciones.
Es un duro trabajo, pero alguien tiene que hacerlo.
En la semana tuve la oportunidad de probar el propoleo en varias combinaciones - pues a mi negación total ante el consumo de antibióticos que sólo me han dejado con el alma rota y las expectativas por los suelos, decidí probar la medicina natural, si es que eso existe -, debo decir que el jugo de naranjas disfraza el sabor bastante bien, pero la mejor combinación definitivamente fue con el café (dos de crema y una de azúcar, por favor), mientras que les aseguro que deben confiar en mí cuando les digo que la sopa de espinacas, que de por sí tiene un sabor un tanto miserable, es la enemiga número 1 del propoleo.
1 comentario:
Habia olvidado que me mama tu blog y como escribes.
Y como odio no tener acentos :(
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