23.4.07

Se solicita

Estos últimos días la frase "cuando no le llueve le llovizna" adquirió toda una nueva singificancia (por favor checar el maravilloso uso del subjetivo dícese de lo que parece pero no es), al descomponerse la televisión, la puerta y el lavabo. No necesariamente en ese orden. Y he aquí que RS y yo, hemos por fin comprendido lo trágico que resulta una vida sin bato. Sin chalán. Sin hombre generoso que se ofrezca, ya si no a arreglar el mismo los imperfectos de la casa, cuando menos a conseguir al personal adecuado. Ya que llamar a N números de teléfono para sostener diálogos que comiencen con "Si, buenas tardes, llamo para pedir informes sobre sus servicios de Plomería" acaban irremediablemente en que el señor don Plomero decida mandarte al diablo por zoquetina.

El fin de semana irremediablemente lo dediqué a quemar neuronas (pero como lo decía algún comercial de ABC, afortunadamente tengo billones) sentada horas y horas frente al televisor. Empezando el viernes en que me chuté el final de mi telenovela favorita.

Lo maravilloso de ver dramas televisados es que no importa cuan felices puedan parecer los futuros novios, basta con que te de dolor de cabeza, tosas o te sientas un poco débil para que tengas leucemia, preclamsia, cáncer metastático o algo peor (sin llegar al SIDA, porque esos temas, no se tocan aún... salvo que estés viendo la otra cadena de televisión nacional, donde le darán un tratamiento moralista y todo personaje libertino morirá de dicha enfermedad mientras sus amigas van a llorar a su tumba y recordarla como una gran persona, de moral relajada, pero gran persona al fin). Al final, todo termina bien, en beso, brazo y apapacho y el malo termina irremediablemente loco, en la cárcel, muerto o todas las anteriores. A veces me imagino que hay un súper programa computarizado que termina con los personajes malvados haciendo alguna ecuación matemática de gran dificultad donde se introducen como variables el atractivo físico, número de personajes aledaños a los que se les hizo daño y número de capítulos en los que se apareció visiblemente feliz por el curso de sus malas acciones.

Después lo dediqué a ver "chick flicks", y llegué a la sabia conclusión de que la vida es maravillosa, que si te dedicas a ser una bitch con la humanidad no te irá nada bien, que el amor siempre triunfa sobre el mal y que el chico no tan guapo que siempre estuvo a tu lado, a pesar de que tu babeabas por el guapísimo especímen sin cerebro - según esta visión, los hombres guapísimos son generalmente vacíos y sólo se interesan en sexo barato -. La visión real es que todo hombre, guapo o no, generalmente se interesa en sexo barato y según el muy respetable punto de vista de La Santa Patrona, es necesario mejor conseguirte a un hombre guapo, porque igual los feos terminan siendo iguales y ni siquiera te queda el consuelo de decir "pero estaba bien bueno". Y últimamente he reunido evidencia que sustenta justamente lo anterior.

Al acercarse el ocaso, me fui por las series gringas. Con razón hay tanta matanza y desesperación por allá, todo lo que puede salir mal sale peor. Y cuando la protagonista de una serie de médicos se refirió a un hombre con quien se encuentra en el pasillo como su "ex-father", llegué a la conclusión de que no veré más series de este tipo. Sí. Son más apegadas a la vida real, te dejan el ácido gástrico en reflujo constante, te duele la cabeza, te entistecen. Porque es cierto, acá abajo, lejos del glamour satelital, tu novio te deja por otra, tu papá engaña, tu mejor amigo se vuelve alcohólico, etcétera. Y ni siquiera puedes hablar de eso. Mejor enseñas tu último bolso de moda, o tus nuevos zapatos o te buscas un chick flick para el finde. Porque finalmente, hay muchas telarañas mentales que no serán solucionadas. Porque al final, es necesario arreglar la puerta, contactar al plomero, llevar a componer el televisor. Y no hay a quien recurrir.

Feliz inicio de semana.

1 comentario:

AC Uribe dijo...

En San José, Costa Rica, hay unos letreros en las calles que dicen: "Marido en renta". Cuando pregunté me explicaron que son hombres que se dedican a hacer las "chambitas" para que las uno no tiene tiempo... o no alcanza a llegar. Lo que yo te puedo decir es que no todos los galanes son tan eficientes... me recuerdo a mi misma uniendo cables alguna vez... Besitos.