En el último viaje a Zacatecas pegué el ojo derecho al cristal, me fui llenando la pupila de desierto y escuchaba canciones gracias a cierta función que permite que el reproductor de mp3 toque las canciones de forma aleatoria, algunas veces es agradable y otras es. Punto. En una de esas comenzaron algunas canciones que me remitieron a una edad más tierna e inocente (Molotov), entre ellas obvio la de Frijolero, Voto Latino, etcétera. Hoy vino el muchachito que gobierna California y unos estudiantes (mexicanos) se la hicieron de tos y le dijeron “nazi”, según lo informado aquí.
La política me parece excelente tema para programas noticiosos, para responder preguntas truculentas: “todo depende de cómo se muevan las fuerzas políticas dentro del congreso” (si, claro) y posiblemente para cuando te preguntan “¿por quién votaste?” no digas algo aleatorio como “por el que apoyaba la telenovela de La Fea Más Bella”.
Los alemanes que vienen a nuestro país se quedan absortos mirando como desde el jardín de niños y hasta la secundaria, cada lunes se celebra una asamblea donde se hacen honores, juramentos y saludos a la bandera, se marcha y se canta el himno nacional mexicano. Mismo que tiene 10 estrofas (oficialmente sólo cuentan 4) y el himno nacional alemán consta de una estrofa específica de una canción. Le tuvieron que quitar las estrofas que sonaban muy imperialistas.
Creo que eso es porque nadie le presta mucha atención al ¡Guerra! ¡Guerra sin tregua al que intente de la patria manchar los blasones! ¡Guerra, guerra los patrios pendones en las olas de sangre empapad! Los mexicanos somos TAN amigables. *sic*
No es mi ídolo de la juventud el gobernador, pero tampoco lo son los desgarradores de vestiduras. Vamos, ya estamos en la era del Ipod y del detergente de baja espuma, sería cuestión de desecharnos las ideologías, finalmente no importa el color, sino lo efectivo de las políticas. Las revoluciones no son lo mío, como Orwell, opino que lejos de derrocar sistemas sociales obsoletos, son un pretexto para instaurar tiranías y dictaduras.
La política me parece excelente tema para programas noticiosos, para responder preguntas truculentas: “todo depende de cómo se muevan las fuerzas políticas dentro del congreso” (si, claro) y posiblemente para cuando te preguntan “¿por quién votaste?” no digas algo aleatorio como “por el que apoyaba la telenovela de La Fea Más Bella”.
Los alemanes que vienen a nuestro país se quedan absortos mirando como desde el jardín de niños y hasta la secundaria, cada lunes se celebra una asamblea donde se hacen honores, juramentos y saludos a la bandera, se marcha y se canta el himno nacional mexicano. Mismo que tiene 10 estrofas (oficialmente sólo cuentan 4) y el himno nacional alemán consta de una estrofa específica de una canción. Le tuvieron que quitar las estrofas que sonaban muy imperialistas.
Creo que eso es porque nadie le presta mucha atención al ¡Guerra! ¡Guerra sin tregua al que intente de la patria manchar los blasones! ¡Guerra, guerra los patrios pendones en las olas de sangre empapad! Los mexicanos somos TAN amigables. *sic*
No es mi ídolo de la juventud el gobernador, pero tampoco lo son los desgarradores de vestiduras. Vamos, ya estamos en la era del Ipod y del detergente de baja espuma, sería cuestión de desecharnos las ideologías, finalmente no importa el color, sino lo efectivo de las políticas. Las revoluciones no son lo mío, como Orwell, opino que lejos de derrocar sistemas sociales obsoletos, son un pretexto para instaurar tiranías y dictaduras.
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