En un mundo donde la gente tiene ipads, iphones, ipods, iwhatever, yo tengo clips, folders de cartulina amarilla y broches baco. La misma marca que nos surte ahora los clips cromados, ha venido a sustituir al tradicional broce baco. Ahora tenemos broches "pegaso" que son mucho más delgados y te dejan ese resabio de la piratería.
Los del IMPI podrían ahorrarse mucho dolor de cabeza si pudieran transmitir ese resabio amargo de instastifacción que te produce ver una película pirata de 10 pesos en la que la toma está hecha desde un cine o que tiene el audio desfasado, y no tendrían que utilizar niños chocantísimos o utilizar frases cursis como "tenemos un papá pidata".
Pero no pueden, y la piratería se sigue vendiendo en las salidas del metro, en los mercaditos ambulantes y hasta los broches baco, fieles en su propósito de mantener nuestros papeles en el folder bien acomodados, ahora sufren los estragos de la competencia desleal que deja al cliente insatisfecho.
Todo esto porque cada que abro el navegador de internet me topo con la mirada penetrante de Steve Jobs, y me dan ganas de quitarlo de enmedio y decirle "lo siento mucho señor Jobs, pero voy a poner otra página de inicio" pero no puedo, porque lleva tan poco tiempo muerto que siento que sería una especie de traición. Y al mismo tiempo me parece siniestro saber que no es alguien que fue tangible. Sí, los ipods, las mac, y hasta la tipografía (ahora, gracias a YouTube todos sabemos que si tenemos distintas tipografías en la computadora es porque Steve Jobs tomó una clase de caligrafía) son tangibles, pero de cierto modo él no fue tangible para mí. Lo cual, me hace dudar de su existencia.
Y no dudo en un sentido jipi de "las corporaciones tomaron al jipi por excelencia y lo convirtieron en un gran capitalista capaz de hacer consumir a las masas productos que no necesitaban hasta que él les mostró que los necesitaban". No. Lo digo en el sentido de los falsos pésames.
El pésame pirata. El pésame que tiene resabio de morbo. En ese sentido no es tangible. Y al mismo tiempo sí lo es, porque yo no conocí a Einstein, ni a Da Vinci o a Arquímides, todos esos hombres que cambiaron el curso de la humanidad a través de sus inventos, o creaciones, eran entes ajenos a mi tiempo. Steve Jobs compartió este tiempo con los que habitamos el planeta. Y en ese sentido sí es real. Más real que los ipods, y las ipads y los iwhatever.
Pero es dificil distinguirlo, requiere detenerte más allá de los tres segundos que te toma tomar un clip de la cajita plástica transparente donde los guardas para sujetar con él las dos hojas que tienes enfrente. Necesitas detenerte y ver que sí, es diferente. Es cromado. Alguien se tomó el tiempo de mejorarlo, aunque fuera un poco, aunque fuera imperceptible. Por ese alguien, tu día quizá es mejor. Ese cuidado extra para que cada cosa sea un poco mejor de lo que era, es quizá la parte que salva el resabio pirata del muerto célebre que no conoces a Steve Jobs de todos los demás muertos. La vida es mejor.
1 comentario:
Interesante. ._.'
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