9.7.10

La fiesta de cumpleaños

El domingo pasado tuve la fabulosa idea de gastarme el remanente quincenal en fruslerías (si no aman la palabra "fruslerías" no tienen corazón), así que para este fin de semana que es mi cumpleaños no tengo un sólo peso. Un sólo peso. Bueno, miento, tengo $170.00 pesos y pocas ganas de celebrar.

Pero camino de la alberca a mi casa hoy, pensé en que sí quiero una fiesta. Si a los 15 años, que uno entra en la edad de las ilusiones te hacen fiesta, lo más lógico es que a los 30, que uno ya tuvo oportunidad de sopesar que las ilusiones tienen su contraparte de desilusión. Cuando era niña jamás imaginé que llegaría a los 30 soltera: yo me iba a casar a los 23, lo sabía y no tenía la menor duda de ello porque siempre que jugábamos a predecirnos el futuro en una suerte de cajito donde anotabamos la edad a la que nos íbamos a casar y en cada costado de la cajita 4 nombres de hombres, ciudades, profesiones y número de hijos para ir eliminando posibilidades yo siempre puse 23 y siempre, siempre, siempre me salió que me iba a ir de luna de miel a Europa.

A los 23 no me preocupaban los 30 porque ... bueno, por razones que no voy a explicar aquí. Y a los 29.9 los 30 me dan curiosidad. Una curiosidad que por supuesto, no va exenta de miedos. Lo curioso es que uno pensaría que el 15*2 es la despedida de la edad de las ilusiones y nada más lejos de mi realidad pajarera. Yo todavía sueño, cosas horribles: finales felices, paisajes que no conozco y alegrías inusitadas. Aún cuando mis treinta años me dicen "los buenos no ganan, las mentiras no se descubren y el amor no existe", yo sigo rezándole a Dios (con mayúsucla) cada noche, pidiéndole lo que ni a ustedes me atrevo a confesarles.

Así que pensé que sí quiero una fiesta de cumpleaños. Pero no tengo la menor idea de como hacerla. Por lo pronto el plan será ir a comer sushis y a sentirnos gente sofisticada mientras llega la hora de salir por unos tragos coquetos. Que es lo que indica la tradición de las comedias situacionales americanas a las que estamos tan acostumbrados.

Si por mi fuera, haría una selección musical de música para deprimirse gacho, compraría botellas de Jack Daniels y me encerraría en un cuarto oscuro a fumar, beber y meditar en la miseria de la vida. Claro que luego van a venir ustedes a objetar que eso no tiene nada de festivo y que las arañas de ocho patas. Luego pensé en hacer una fiesta de disfraces estilo "heavy metal", pero volvemos a lo mismo: ningún metalero que se respete se disfrazaría de nada, ni estaría dispuesto a convivir con nadie porque para ellos lo importante es el merol, las drogas duras y el sexo. Y todos mis amigos son unos ñoños.

Lo siento amigos, pero lo somos. Confieso que nadie de mis amigos usa drogas duras, y es más algunos ni fuman. ¿Así como?

Bueno, LA amiga no es ñoña, pero por eso ella se me quedaría viendo con cara de "¿qué demonios pretendes con una fiesta de cumpleaños si eso es taaaan absurdo?".

Sic.

Otra opción sería mejor tomar todo el dinero que pensaba invertir en una fiesta y gastármelo en bagatelas. Esperen... ya hice eso.

Bueno, no importa. Por lo pronto ese es el plan: sushis y tragos coquetos. El domingo me enfundaré en mi traje de plañidera y me quedaré dormida hasta muy tarde maldiciendo que el día siguiente a mi cumpleaños sea lunes. Porque, ¿eso qué?

Así que si se hace fiesta se pospone, además el otro fin es el HAY Festival y andaremos de fans irredentos detrás de los líderes de las letras nacionales y tendremos dinero para organizarla. Sobre todo esto último. Sic.

Maldita pobreza.

3 comentarios:

Campanula dijo...

Oye feliz cumpleaños por adelantado, llámame tonta, pero para mi el cumpleaños es el inicio de nuestro nuevo propio siclo, por eso según la pase ese día hao suposiciones y agüeros infundados, este año mi cumpleaños fue un real asco, espero que el tuyo sea como el 15*2.
un abrazo y feliz pedazo de pastel

Rafael dijo...

Ah, pero qué bonito título para un post :D

Unknown dijo...

Campanula:

Gracias, espero que sea bueno.

Rafael:
Ñoño y predecible, además. =)