11.8.08

El fin del mundo promete no ser tan caótico como imaginábamos

Amanecí de ánimo fatal. Fatalista. Me rehusé a levantarme de la cama antes de las 8:25 y por ende terminé con una composición de aspecto un tanto surrealista, afortunadamente el traje a rayas grises y la blusa para trajes nunca fallan y consiguen darle una coherencia a este ir y venir de arracadas jerezanas, relojes en metales que no cuadran y broches de carey. O plástico imitando carey más bien.

Llegué a la oficina lente de sol y tacón del 10. Me recibió el inexplicable vacío de los lunes, como adivinando que el día sería como todos los demás, que no importan las pausas artificiales del sábadomingo porque al final, cada mañana es el mismo café, la misma retahíla de llamadas, firmas y pendientes: listas de invitados, convocatorias, invitados especiales, fotografías y pendientes acumulados en un ir y venir parecido al de Sísifo, pero sin las virtudes.

Y sin esperarlo me di cuenta, inexorablemente de que me encuentro sola. Para claficarlos debo puntualizar que no voy a hablar de encontrase solo entre un mar de gente, acá tipo "inclusive en el D.F. te puedes sentir solo", no señores, no. Yo me encuentro sola de bato.

La verdad, es que nuevamente tengo ganas de pertenecerle a alguien y dejar de andar a la deriva, de que alguien se preocupe geuninamente por mí y yo por él. De salir del trabajo abrumada y saber que las siguientes dos horas no importará el reporte número quinientos doce, o entregar los engargolados a tiempo en la reunión de las seis, porque estará ahí y podremos hablar de cualquier cosa.

Yo quiero un novio (que me lleve a la bahía, que me diga que calor, ja) para conversar con él, para que me importe, para importarle. Por qué quizá esa es también una demanda legítima, como solicitar que baje el precio de la gasolina o que el paquete de datos del iPhone no sea tan costoso. Porque no dejarán jamás de ser egoístas los argumentos que podamos esgrimir para justificar que merecemos que alguien nos quiera. Y aún así, vale la pena intentarlo.

Besitos depres.

4 comentarios:

Rodion dijo...

Yo, hoy, me conformaría con una fuckbuddie. Pero nadie se apuunta, ¿tu crees?

Anónimo dijo...

hoy en día, diría que eso de la monogamia es inconcebible y poco operativo...
Pero reconozco sus ventajas... el no sentirse tan... incómoda en su propia piel al tener otra tan cerca es una de ellas.

No sentirse físicamente sola la mueve.

Besos adoloridos, de regreso.

Unknown dijo...

Ah sí, inclusive mi madre sugirió un fuckbuddie. ¿Qué tal?

Anónimo dijo...

...es lunes niñpa....todos amanecemos asi....



tu tranquila y dejate llevar por la vida, ya veras que al final se van dando las cosas