Yo no sé ustedes que piensen, pero el clima me ha parecido bastante jodido. Busqué palabra qeu significaran lo mismo, pero de mejor sonar, y nada. No me refiero al hecho meritorio de quejarse porque llueve, porque hace calor o porque hace frío, que si bien, no aporta mucho al asunto, es común a la humanidad. Siempre habrá algún inconforme que nos salga con que le da bochorno con el calor, le duelen las mejillas con el frío o la humedad le frizzea el cabello. El caso, como siempre es estar mal. Y es normal.
Pero la jodidez de la que yo hablo, va un par de rayitas más allá. Es decir, está del nabo que, contrario la tradición Hegeliana (científicos alemanes han encontrado una fuerte conexión entre la tradición Hegeliana y el ciclo pluvial zacatecano, yo les pondría la liga al estudio, pero seguro no le entenderían, así que tendrán que confiar en mi palabra, querubines), no llovió en enero, ni en mayo, ni en junio y ahora en julio, cuando se supone que debería hacer calor nos caen unas tormentas marca llorarás. Lo cual, además, es bastante cursi, por aquello de la acepción barata de que el cielo pueda llorar. Sic.
Lo peor de todo, es que hay crisis mundial de petróleo, de bancos, de alimentos y el cambio en los ciclos de lluvia, seguramente afectará a algún sector de la economía campesina del mundo. Que se traduce en más crisis de todo: alimentos, textiles y muebles. Bueno, fue lo único que se me ocurrió. La conciencia social no es lo mío, aún y cuando trato de imprimir menos que el común de los mortales y reciclo mis botellitas de agua. ¿Y? Nada. El cambio climático aquí está. Mi tema cursilindo del día es: por favor, ayuda a que no empeore. Gracias.
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