23.4.08

Ausencias cerebrales, cuarta edición: La Piña Colada

Hoy me tomé una piña colada "virgen". Si mi vida sigue tomando estos inesperados giros, terminaré seguro con un marido lindo, dos chiquillos "preciosos" y una minivan. SOMEBODY SAVE ME PLEASE.

Para aquellos que no se han percatado, la serie "ausencias cerebrales" que ustedes asiduamente leen, coincide con mi necesidad de añadirle páginas a mi pobre script que está atorado en la número 39. Por lo mismo, no esperen una gran profundidad de posts o que escriba sobre cosas serias. Hoy por ejemplo, escribo única y exclusivamente de mi piña colada. No les mencionaré nada sobre como terminé dejando mi automóvil en el trabajo, ganando una extensión de pestañas o siendo vacunada por el trabajador de prevención de riesgos de la salud más gordo que me he topado en la vida.

No, eso no les interesa.

Lo importante, el highlight, el sublime punto de la vida es la piña colada que me tomé. Tenía canelita. Y un pedazo de piña seca en el borde. Jejeje. Eso le quitó como 400 puntos de glamour, pero desde que Héctor Bonilla anunciaba esos cocteles en los ochenta, todos sabíamos que la piña colada no tenía glamour.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

me interesa lo que no me interesa... mmmm está mal? ;)

Vladimir Reyna dijo...

algo sucedió en mi paladar al estar leyendo esto, se me secó claro, tengo calor, quiero una bebida...

Anónimo dijo...

La mejores Piñas Coladas están en el Mirage

"Jonas™" dijo...

Pues no que preferias los martinis??

Unknown dijo...

Justamente, y prefiero mis bebidas con alcohol.