Amanecí hoy con la firme intención de no posponer un día más el instinto navideño, tirar a la basura el dinero que fuera necesario y hacerme de unas esferas dignas del árbol de navidad familiar. Dado que no vivía aquí y las fiestas dicembrinas no se le dan a mi madre (juro por la copa mundial de futbol que un año cenamos yogurth con papaya), la casa ha permanecido zona franca desde hace tres años. De modo que mientras desde agosto allá afuera es navidad, en la sala de mi casa un arreglo con tulipanes y retoños de durazno y almendro sigue anunciando una inexistente primavera.
La calle se encuentra bellamente iluminada por toda la gama 2007 de decoraciones exteriores que llegaron al Sams, Walmart y Soriana locales, más lo que se acumuló en los tianguis dominicales y recintos fayuqueros varios. Mientras mangueritas de colores, cortinas de luces y - en la casa más adornada -, series de arbolitos minautura que encienden paulatinamente, adornan la calle, mi casa permanece en el anonimato navideño. Nuestro único indicio invernal o de temporada, como se le quiera llamar, es que mi madre le dio una poda (con j) a la higuera y mandó arrancar un buen trozo de la hiedra, de tal suerte que además de desencantada, la casa ahora tiene un aire trágicamente yermo.
Mi sabia conclusión de la noche anterior - o sea, de hace como 24 horas -, fue que debía adornar la casa.. Sacar los monitos de nieve, el árbol, los mantelitos y dejar que el frenesí rojiverde se apoderara de la casa, a fin que no falta mucho para navidad de todas formas. Hice planes fantásticos, colocaría un pie de árbol color malva bordado en dorado, y esferas color vino, bronce, malva y doradas. Adicionaría moñitos al árbol y lo coronoaría con un ángel que mi mamá compró hace varios años para tal efecto. Mi alegría me desbordaba, y dispuesta a firmar por la cantidad que fuera necesaria me fui al club de precios local, presa del arrebato consumista decembrino. Yeahh.
No había esferas.
Se acabaron, el fin pasado pasé por el club de precios de nuestra preferencia y hasta decidí cuales cajas me iba a llevar. Era muy feliz, pero no quería apresurarme porque no tenía tiempo de poner el árbol y temía que se me fueran a romper antes de tener la oportunidad de colocarlas. Además quería tener la casa limpia y ... me ganó la codez. Así que tuve que pasar toda una semana convenciendo a mi mamá de que firmara por la mitad del gasto total del arreglo navideño.
Pero como señalé antes: no había esferas. Se acabaron. Gente consumista que no sé da cuenta de que la navidad es más que comprar esferitas y moñitos para el árbol, todavía no les dan el aguinaldo y ya se lo gastaron en adornos navideños que seguramente el siguiente año no querrán usar. Los conmino a que les haga daño el bacalao, los romeritos y a que no encuentren tamales para su cena.
Mañana tendré que seguir mi búsqueda de esferitas, ya que toda la sociedad consumista del pueblo se me ha adelantado. Ni hablar.
2 comentarios:
Es es es el problema de estas fechas....no sabes donde termina la mercadotecnia y empieza el verdadero espiruto navideño.
...creo que la navidad ya no es como antes, al menos para mi.
en sams la navidad la tienen desde agosto!!! XDDD que decidia para hacer las compras hacen todos... el auinaldo no es pretexto
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