Hay una sana costumbre entre las mujeres del mundo: quejarse de cualquier cosa. Hay una extraña costumbre entre las mujeres del mundo: criticar a sus amigas. Yo soy buena en lo primero, pero no en lo segundo.
Para empezar soy hija única, así que no tenía mucha gente con quien hablar mal de la otra única persona que vivía en mi casa: mi madre. No podía decirle "ay, me choca que mi mamá haga de comer acelgas" porque seguro habría acelgas el resto de la semana. Así que aprendí que si algo no me gustaba, simple y sencillamente decía "no me gustan las espinacas", me explicaban que tenían mucho hierro (mentira, que descubrimos muchos kilos de espinacas después) y que eran buenas para mí. Así, aprendí a muy tierna edad que hay cosas que aunque no te gusten no puedes cambiar y que el amor y el cariño son funciones independientes.
Los problemas empezaron cuando entré a la escuela primaria. Como en todo grupo de puras niñas, había diferentes subgéneros: desde las niñas primorosas que iban a ballet todas las tardes, hasta las más rudas que se dejaban levantar la falda o las que andaban siempre con el suéter embarrado de mocos. Yo tomaba clases de ballet, pero como mi mamá se cansó de perseguirme para lograr peinarme, tenía el cabello cortito como niño y era una mezcla extraña que resultaba en una nña despeinada con tutú. Pero esa indefinición no era lo peor que podía esperarme en la primaria: lo peor fue el descubrimiento a posterori de que las mujeres son unas perras malditas cuando se trata de hablar mal de otras mujeres.
Oh, lo sé bien. Tengo años de convivir con ellas: entre mujeres se critican cosas que son vanales y profundas, es completamente normal decir que alguien te cae mal, que la aborreces, burlarte porque tiene mocos en el suéter y luego irte a sentar con ella en el recreo. En los tiempos oficiales de la vida "profesional" adulta, no es mejor. Basta con que le des la espalda a un grupo de mujeres para que hagan un detallado inventario de lo que llevas puesto, tu perfume, peinado, zapatos e historia sentimental (figurada, por supuesto); todo esto claro, después de que te saludan de beso e hipócritamente.
Y es que desde la primaria sigo sin comprender como pueden las mujeres llevar un registro tan exacto de las actividades y quehaceres de la gente que les cae mal, porque pasan horas y horas detallando lo que no les gusta de una persona, diciendo las cosas más horribles incluyendo cuestionamientos serios y científicos a la capacidad intelectual, sexual y social de dicha persona. Alguien por favor explíqueme, porque le hablan a gente que les cae mal, porque se desgastan horas enteras diciendo cosas horribles y maquinando planes para destruir a alguien. ¿No es eso despreciable? ¿Indigno? Nah, es una parte natural de todo pensamiento femenino, se llama Bitchin', y no, no pierdo la esperanza de apreder a hacerlo.
2 comentarios:
NO niña...no caigas en eso
recuerda:
"Empty your mind. Be formless, shapeless. Like water. You put water into a bottle and it becomes the bottle. You put in a teapot, it becomes the teapot. Water can flow, or it can crash. Be water, my friend!"
Bueno.
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