Del perro

Pues bien, en la madrugada del domingo, me enteré que mis expectativas sobre mi futuro inmediato resultaron erróneas, para gran alivio de una parte de mi cerebro. En efecto, la otra parte se puso patidifusa y ha sido imposible acceder a ella ever since.

En la noche me fui a ver "Soy Leyenda" y confirmé una vez más que todo lo que necesitas en la vida para ser feliz es un perro... y quizá algunos maniquíes. Pienso que la película tiene cuatrocientas cincuenta y dos lagunas de información que le restan bastante credibilidad, pero ese es mi problema personal, ya que como película de zombies o darkseekers o como quieran llamarlos, se establece desde antes que está mucho más cercana a los memorables largometrajes del Santo que a los documentales del Discovery.

Traigo un humor de perros y me han hecho la propuesta indecorosa de regalarme un cachorro de golden retriever. ¿Lo acepto?

¿No estaré comprometiendo a mi futura descendencia con ello? En otras noticias menos trascendentales LA amiga vio al Baude en una presentación a la que finalmente, me alegro de no haber ido. De un tiempo acá me siento completamente intolerante con el género masculino, especialmente con aquellos especímenes con los que tuve algo que ver en el pasado reciente. De pronto me asalta la idea de que de todos en su conjunto no se logra hacer ni medio, al que no le falta sentido común, le sobra ebriedad y al de más allá le falta carisma con los perros (cualidad que a últimas fechas ha adquirido gran importancia).

Y esa es la razón por la que este año me he propuesto alejarme del campo de juego. Estoy hasta la auténtica madre de tener que cumplir con las expectativas de alguien más, de tener que decirle "te quiero" a alguien, tan sólo por que resulta que es tu novio y de pronto tienes la sagrada obligación de andarle levantando la moral, escuchando su perorata de quejas o preocupándote por si se quedó tirado de borracho en alguna cantina de mala muerte. Si pasan dos semanas y no sé de él, no puede realmente esperar que lo reciba con un amplio te quiero. De toda suerte recordaré su nombre y lo más probable es que haya olvidado como era su rostro. I'm high mantineance in love, explico: si no veo al objeto de mi afecto, enfoco esas ganas de besuqueo en el ente más cercano, lo que podría justificar mi tendencia al ojo alegre y mi reciente afición por los perros. Y creo que en el fondo cualquiera lo es.

Lo que no quiero, es verme otra vez en el caso de andar con alguien, nada más por andar, únicamente por que me dijo "¿qué quieres de mí?" en una sana convivencia familiar y a modo de broma le dije "tu mano en matrimonio" lo que resultó en casi un año de ires y venires por distintas calles de Zacatecas, encuentros y desencuentros y muchas llamadas de madrugada para preguntarme si seguíamos siendo novios (y lo que es el mal humor matutino: suponiendo que lo preguntaba para irse con otra, siempre le dije que sí). No quiero que alguien deduzca que es mi novio porque fuimos juntos al cine o porque acordamos cínicamente en que nos importaba un bledo la humanidad en su conjunto y huímos juntos de alguna fiesta.

No necesito un novio, más aún, no quiero un novio. No veo porque mis amigas ponen cara de lastimita cuando les digo que no tengo novio. Sé que tuve novio de forma inalterada desde los 14, pero ya basta. En el fondo todos los noviazgos son iguales: te la pasas fantástico un par de meses, luego vienen algunas peleas, y al final tratan de acaparar tu vida, se quieren hacer amigos de tus amigas, y la conversación que antes pudo llegar a ser fascinante termina en una pusilánime sucesión de insípidos teamos, y demostraciones de amor. ¿Qué nadie les ha dicho que el amor no se dice? A mí que me importa que un bato me diga un poema... los mejores poemas de amor ya se han escrito, robarlos es bajo e imitarlos... inútil. A mí me interesaría alguien que sea autónomo, que no necesite demostraciones de afecto constante, que me mande al diablo cuando así sea requerido, que vaya y haga su vida y luego saquemos a pasear juntos al perro. O no. Pero que tenga su vida. Yo no puedo querer a medio ser humano, no ando buscando mi mitad porque me siento bastante completa siendo yo misma.

Ahhhhh, la egolatría.