
Ayer me fui a Guadalajara, salí tempranísimo y llegué casi de madrugada. Recuerdo que antes me gustaba bastante manejar, y no bebía cerveza. Y quizá era una mejor persona. La verdad es que no.
A eso viene el post de hoy: no hay mejores personas. La gente cambia, sí, pero lo hace por voluntad propia y si lo haces porque te da la gana, ¿qué mérito tiene? Me da una infinita lástima la gente que exclama pletórica de autosatisfacción "excelente decisión, te felicito" cuando les informas que ya has comenzado a hacer ejercicio o decidiste unirte a una secta satánica.
Lo cierto es que haces lo que te conviene y punto. No eres mejor porque le vas a las Chivas o al América. Ni siquiera eres mejor porque te has leído la obra completa de Nietzche o porque vas a misa y al único al que le importa tu superación personal es a ti mismo.
Me fastidian las personas que vienen y se paran ante ti desde su presunta altura moral a instruirte en las cuestiones de su mejoría, con comentarios absolutamente inútiles como "ese era el yo de antes", como si te hubieras disociado de ti mismo. De inmediato me imagino a Fidel Castro dicéndole a su pueblo "sé que luché por la libertad y ahora os reprimo... ese era el yo de antes". Lo cierto, es que la gente sí cambia, pero no es meritorio. Yo misma he pasado por fases que van de junkie del ejercicio, a fumadora compulsiva y de regreso, hasta encontrar el punto en que me siento bien. Si tomo cerveza, por ejemplo, es porque me viene bien. Me gusta su sabor y no lo ando pregonando como alternativa a estilos de vida saludables. Y hablando de eso me retiro porque es sabadrink.
Besos.
3 comentarios:
Oh, sabadrink y yo en casa...
Por eso yo nunca digo "hoy voy a cambiar!" al más puro estilo de la D'alessio o-como-se-apellide.
Salud Dre!
Salud Zyanya =) Link agregado además =)
Gracias Dre =)
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